Mallorca Confidencial //
Son muchas las acciones y campañas de marketing que el sector público y el privado están realizando para salvar lo que podríamos practicamente denominar ‘una temporada turística inexistente’.
Aún así, y teniendo en cuenta que el señor Boris Johnson ha tirado por tierra las pocas esperanzas que las Islas Baleares tenían puestas en la llegada del turismo británico, desde instituciones como el Consell de Mallorca se están realizando diversas acciones para poder reactivar, y atraer el turismo nacional e internacional a la isla.
“Gaudeix l’illa” nació como un programa de vacaciones en familia para los sectores esenciales durante el Estado de Alarma y que reinvierte en el turismo local y en el consumo hotelero, de restauración y de oferta complementaria de la isla. Además, esta semana se ha puesto en marcha una nueva acción para atraer al turismo nacional con un campaña de marketing conjunta con Ávoris, del grupo Barceló. Se trata de la primera campaña de comarketing público privada del Consell Insular de Mallorca que quiere mostrar una Mallorca segura, sostenible y de calidad.
Pero… ¿Qué ha pasado con la reputación de marca de nuestras islas? Si nos paramos a pensar, al principio del Estado de Alarma, numerosos expertos en Comunicación & Marketing se daban cita en eventos virtuales para defender una cita como esta: “Hemos de vender que las islas siguen siendo un destino seguro”… Y así se hizo. Fuimos los primeros en tener una prueba piloto o un llamado corredor seguro que hizo que todas las miradas con afán de tener turismo se fijaran en Mallorca. Lo habíamos conseguido, Mallorca se podía vender como destino seguro.
Nuestra reputación de marca había sido más que positiva en este exámen sorpresa, pero se nos olvidó algo muy importante, y es que en la partida de la nueva normalidad existían no solo las ganas de viajar, de volver a tener vacaciones… Existían también las ganas de todo un país deseando salir a los bares, a las terrazas, a hacer deporte, a juntarse con amig@s, en definitiva… que no pensamos en que las consecuencias iban a dañar de esa manera la reputación de marca del más grande, la imagen del país y con él la de un sector, como el turístico, que tardará mucho en poder recuperarse, porque se está viendo que por mucho que los principales actores del turismo han implantado los sistemas de seguridad sanitaria en cada uno de los protocolos y servicios ofrecidos, la imagen exterior que únicamente le ha servido al señor Johnson es la del cómputo general.
Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera aún pudiendo alardear de haber ofrecido una comunicación y un marketing post COVID19 bajo el lema de ‘destino seguro’, se han visto dañadas por la imagen de todo un país.
Es por ello, que ahora nos queda recurrir a la creatividad y la persistencia, buscar nuevas formas de hacer marketing, ya que, ahora más que nunca es una necesidad.
El exceso de campañas de ‘destino seguro’ ya no bastan. Debemos empezar a realizar acciones publicitarias que destaquen de las realizadas por nuestros destinos competidores.
Atrevámonos a hacer cosas diferentes y que brinden un valor añadido a nuestros visitantes. Es evidente que el sol y playa no va a bastar ni este año, ni el que viene. En estos momentos estamos en desventaja y es hora de apostar más que nunca por la creatividad, ese recurso tan importante del marketing de guerrilla. Y sino, que se lo digan a los 226 paraguas de distintos colores que cubren la alameda de la plaza de la Constitución de Sóller. ¡Eso sí que es ambient marketing!